A pesar de los anuncios, de las promesas y de las urgencias
ambientales, la energía del futuro seguirá dependiendo, principalmente, del
petróleo, el gas y el carbón. Según informes de varias organizaciones
internacionales, el consumo energético aumentará un 30% en los próximos 25 años
y el 75 % será cubierto por centrales que utilizan combustibles fósiles.
Las palabras se escucharon alentadoras en la Cumbre del
Clima que se realizó en París (Francia), a fin del año pasado: “Hay que apostar
a las energías renovables para combatir el cambio climático”, dijeron líderes
mundiales. Los flashes relampaguearon y los voceros gubernamentales,
presurosos, hablaron de hito histórico, acuerdo trascendental y punto de
inflexión para las “energías sucias”.
Sin embargo, las energías renovables siguen siendo una
promesa y las tendencias reales desilusionan hasta a los más entusiastas.
Demanda
El consumo de energía en el mundo aumentará un 30% más en
los próximos 25 años. El dato que entrega la Agencia Internacional de la
Energía (AIE) es que el 75% de esa demanda será cubierta por centrales que
utilizan combustibles fósiles (petróleo, carbón, gas, etc.)
Analizando términos “relativos” y “absolutos”, la realidad
se revela decepcionante. Según la petrolera Repsol, mientras en el 2013 el 81%
de las centrales que suministraban la energía mundial utilizaban petróleo
(31%), carbón (29%) y gas (21%), en el 2040 ese porcentaje de la “torta
energética” se reducirá apenas unos 6 puntos porcentuales. La multinacional es
concluyente: “Durante los próximos años no se esperan grandes cambios”.
En términos absolutos, dicen los informes, en los próximos
24 años se utilizará más petróleo, carbón y gas que hasta ahora y todo para
abastecer la creciente demanda. Mientras en 2013 el consumo energético
alcanzaba los 13.559 Mtep, se espera que en el 2040 llegue hasta 17.934 Mtep.
Esto significa, según los expertos, que mientras la demanda aumentará casi un
30% para el 2040, las renovables y otras (hidroeléctricas, nuclear, biomasa,
solar, eólica, etc.) alcanzarán apenas un 7%.
“La impronta mediática proyecta una sensación de gran avance
de las renovables”, dice Gerardo Honty, analista de CLAES, Centro Latino
Americano de Ecología Social. “Todos los días tenemos noticias de nuevos
proyectos, nuevas tecnologías, nuevas instalaciones; pero representan muy poco
en la oferta energética global”, aclara. “Las llamadas modernas energías
renovables -particularmente la solar y la eólica- si bien aumentan, lo hacen en
una medida tan escasa comparada con el aumento de la demanda, que hacen
irrelevante su participación en la matriz”, agrega.
Según la FAO, “el consumo de energía habrá de aumentar del
46 al 58% entre 2004 y 2030”, y en los países en desarrollo “crecerá a un ritmo
promedio anual del 3% entre 2004 y 2020”.
El problema, aclaran los expertos, es que se usarán más
combustibles fósiles y se generán más gases de efecto de invernadero (GEI). “A
pesar de todo, el mundo continuará invirtiendo mucho más en fósiles que en
renovables”, confirma Gerardo Honty.
Y para confirmar esta tendencia, la Agencia Internacional de
Energía pronostica que las emisiones de CO2 aumentarán el 130% de aquí a 2050.
Responsables
En una estrategia no declarada pero sí practicada, los
países industrializados, responsables históricos del cambio climático, proponen
que todos inviertan en renovables. La idea encuentra eco en “ambientalistas
liberales autóctonos” de países en vías de desarrollo, como es Argentina.
Quienes cargan con la responsabilidad de los altos niveles
de emisiones durante decenas y decenas de años hasta ahora no proponen ninguna
medida de “remediación histórica” y mucho menos de comprensión presente hacia
los países en vías de desarrollo.
“Querés que Argentina tenga una matriz energética con
renovables”, preguntó el dirigente ambientalista de una de las mayores
organizaciones del país. Poco importa que ningún país del mundo tuviese esa
matriz, y mucho menos los industrializados. “Alemania no tiene gas ni petróleo
como nosotros”, se justificó el encuestado. No importaba, la ola verde debe
estar en la agenda nacional y así se lo proponen. “La pregunta es concreta”,
dijo el dirigente, “si pensás que Argentina debería tener la matriz en
renovables como la eólica y solar”…
Alrededor del 75% de la energía renovable se consume en los
países en desarrollo, y en ellos la mayor parte de la producción “limpia” se
basa en el uso tradicional de biomasa y en la energía hidroeléctrica. Los
países industrializados representan el 23% del consumo mundial de energía
renovable; y las economías en transición, el 3%.
Texto: Pablo D’Atri
Ilus.: Bibi González
Publicado en Suplemento ECO/diario La Arena